Según nuestra opinión para conseguir la igualdad primero hay que acabar con la violencia de género. La violencia de género sigue siendo una lacra y un delito invisible, enmascarado en demasiadas ocasiones por una aparente felicidad conyugal que afecta a parejas de toda clase y condición.
Las estadísticas son estremecedoras: 1 de cada 7 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia física o psíquica a lo largo de su vida, 603 millones de mujeres y niñas viven en países donde ni siquiera la violencia doméstica aún es considerada delito, al menos 1 de cada 4 mujeres han sufrido violencia de género durante el embarazo, alrededor de 60 millones de niñas en el mundo son obligadas a casarse con menos de 18 años. Concretamente en España, en lo que va de ao, (con uno de los veranos más trágicos en este sentido), unas 39 mujeres (8 de ellas andaluzas), han fallecido a manos de sus parejas y ex parejas... Además ello afecta traumáicamente a los menores que conviven, a veces indirectamente a través de sus progenitores, y a veces en sus propias carnes, con esta deleznable actitud y que en muchos caso siembra la semilla de futuros maltratadores. Estos hechos nos dejan helados y evidencian que todavía queda mucho por hacer.
A pesar de la labor legislativa y el esfuerzo de las distintas administraciones, y aunque son cada vez más las mujeres que se atreven a poner nombre y apellidos a la violencia de género, el número de mujeres que callan es muy superior al de las que se atreven a hablar. El miedo, la insuficiente protección y el escaso amparo que reciben, son algunas de las causas principales que paralizan a las víctimas. Cada 25 de noviembre tiene lugar el Día Internacional contra la Violencia de Género con los objetivos de concienciar y erradicar este grave problema que es una lacra para la sociedad. Tenemos que incidir desde edades tempranas mediante la educación en este sentido y así mismo hacer ver a las mujeres que no están solas y que ocultarlo sólo servirá para empeorar la situación. En muchas ocasiones es la vergüenza o el “qué dirán” lo que provoca que las mujeres finjan que tienen una relación “normal” con sus parejas. Si alguien se debe de avergonzar es el maltratador, nunca la mujer.
Para hacer más fácil y discreta la denuncia de estas situaciones, a las medidas ya existentes, el Gobierno de España puso en marcha en Julio de 2013 una novedosa aplicación para teléfonos móviles, llamada “LIBRES”, que también es útil para cualquier persona que detecte en su entorno una posible situación de maltrato.
A través de un menú principal compuesto por seis apartados, la persona que se descargue "LIBRES" puede:
• tomar conciencia de su situación como víctima de violencia de género
• informarse acerca de los pasos a seguir ante una situación de violencia de género
• conocer los recursos telefónicos y presenciales que están a su alcance para asesorarse y denunciar
• conocer las medidas de autoprotección que puede y debe tomar para salvaguardar su seguridad y la de sus hijos
• y, finalmente, puede sentir que toda la sociedad está a su lado, que otras mujeres han pasado por su misma situación y han conseguido salir y comenzar una nueva vida alejada de la violencia, tal y como ponen de manifiesto los siguientes testimoniales
Todo ello de una forma ágil, sencilla, intuitiva, gratuita y sobre todo confidencial ya que la aplicación se ha diseñado para que permanezca oculta en el menú del teléfono de tal manera que nadie más, salvo ella misma, sepa que dispone de una aplicación sobre violencia de género.
Incidimos tanto en la violencia de género porque surge cuando existe una situación de desigualdad.
En el ámbito municipal echamos de menos el desarrollo de un Plan Municipal de Igualdad que ataña a contratos, departamentos, convenios laborales (en los que prime la transversalidad en equidad), reglamentos, relación de puestos de trabajo,…
Otra medida eternamente pendiente es la conciliación real entre la vida laboral y familiar, que se tiene que extender con efectividad al hombre.
Pero como ya hemos mencionado antes, para conseguir erradicar estos comportamientos hay que centrarse en la sensibilización y educación desde edades tempranas, desde los centros educativos, incentivando que en las campañas publicitarias no haya un lenguaje sexista, y que ahora que se acerca la Navidad, incidamos en los juguetes unisex, ya que hay que enseñar que no hay juegos ni actividades de hombres ni de mujeres.
Terminamos con una cita que recientemente mención Alejo Durán, socio de AHIGE (Asociación de Hombres por la Igualdad de Género); “el machismo es un problema de hombres que perjudica a las mujeres; cada hombre es una revolución interior pendiente”.